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El indescriptible palacio nazarí de la Alhambra de Granada es el mejor legado de la arquitectura árabe en España. El monumento más visitado de España, junto a la Sagrada Familia, con más de 2,5 millones de turistas anuales. En el año 1984 fue nombrado como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Muchos turistas dicen que es aquí donde se ve uno de los mejores del mundo. Este “Castillo Rojo” del siglo IX, se mantuvo en el alto de la ciudad como zona de vigilancia, para posteriormente pasar a ser residencia “oficial” durante el siglo XI y fortaleza militar. Sufrió con Carlos V una remodelación para convertirse en Palacio Real, aunque su aspecto actual renovado data del siglo XIX. Sus muros te muestran la historia del último reino musulmán que hubo en Al-Andalus y cómo eran sus elementos arquitectónicos árabes tales como el arco apuntado y el arco de herradura. Pero el recinto te deja maravillado por la belleza de sus salones más famosos: El Patio de los Leones y su fuente, la Sala de los Reyes o la Sala de las Dos Hermanas. Un lugar digno de ver mínimo una vez en la vida y uno de los grandes legados culturales tanto de España como del mundo. ¡Bienvenido al legado nazarí de Granada!

La villa-palacio del Generalife del siglo XIII forma parte del excelso conjunto de la Alhambra de Granada. Se trata del lugar donde los reyes musulmanes de la ciudad pasaban su tiempo de descanso. De estilo nazarí, está situado en la parte de afuera de la muralla de la Alhambra y destaca por sus impresionantes edificios como el Mirador Romántico del siglo XIX, patios y sus bonitos jardines ornamentales. El más famoso es el Patio de la Acequia, que combina su diseño de origen persa con los jardines llenos de especies florales andaluzas creando un ambiente de relajación. Pero, no hay de olvidar visitar el Patio del Ciprés de la Sultana o los Jardines Altos así como la increíble Escalera del Agua. Fue incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad junto con la Alhambra en 1984.

El histórico rey español Carlos I (Carlos V de Alemania) ordenó la construcción de este palacio renacentista en el año 1526 justo en la ladera de la misma Alhambra, tras haber quedado prendado de la belleza del palacio nazarí. Además de poder visitar el propio palacio, este edificio alberga desde el año 1958 el Museo de Bellas Artes de la ciudad y, desde el año 1994, es sede del Museo Oficial de la Alhambra. Esta obra de arte de estilo renacentista fue diseñada como si fuera una plaza romana aunque con una diferencia en el diseño. Su exterior forma una pieza cuadrada mientras su interior fue concebido como un patio en forma redonda con dos pisos sujetos por dos columnatas. Este monumento es una gran rareza y único en su estilo en España, por lo que en un edificio referente en Granada y una parada obligatoria en el recorrido por la ciudad.

La Catedral de la Encarnación de Granada fue una de las obras necesarias tras la reconquista de la ciudad a manos de los árabes. La construcción se llevó a cabo entre los años 1526 y 1561 por el famoso arquitecto español Diego de Siloé. Esta iglesia católica es de estilo renacentista y resalta por la gran cantidad y belleza de sus capillas, todas ellas decoradas por amplios retablos. Durante la visita merece la pena admirar la Capilla de Santa Lucía, la Capilla de San Sebastián o la Capilla de San Blas. Su exterior es sublime. Aunque no tienen picos, las dos torres gemelas imperfectas se alzan sobre el cielo de la ciudad: una a 81m y la otra a 57m de altura, con estilos arquitectónicos griegos como el dórico, jónico y corintio. Pero, el mayor legado en este templo cristiano son, sin duda, los restos humanos de los Reyes Católicos de España que descansan en la Capilla Real de la Catedral. Un pedazo de historia cristiana en la ciudad granadina.

En las afueras de Granada existe uno de los espacios naturales más sobresalientes, sobre todo porque se encuentra en una de las zonas más cálidas del país. En Granada se puede visitar la impresionante cordillera de Sierra Nevada, que se extiende por la ciudad granadina y su vecina provincia de Almería. Cuenta con el honor de tener el pico más alto de la Península Ibérica: el Mulhacén, con casi 3500 m de altitud sobre el nivel del mar. En sus alrededores se pueden hacer interesantes rutas de senderismo rodeados de un sistema montañoso único.