Cruceros desde Palermo - Sicilia

Fundada en el año 1185 para dotar a la ciudad de más presencia religiosa, la Catedral de Palermo guarda ese estilo normando en su exterior típico de la época con un campanario que combina con un porche de arcadas ojivales de estilo gótico, un bello frontón de marcado carácter árabe y una gran riqueza decorativa policromada. Su interior es bastante sencillo y con poca decoración, donde brilla el blanco del mármol. Lo más destacado son dos partes: el Tesoro y la cripta, donde se encuentran 23 tumbas de mármol donde reposan los restos de personalidades civiles y religiosas como Rogelio II, Federico II…

Se trata de unas de las joyas artísticas árabe-normando-bizantino de Palermo. Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2015, se encuentra fuera de la ciudad y desde sus aledaños se encuentras las mejores vistas de la bahía. Los sicilianos dicen que se trata del “templo más bonito del mundo”. Mandada levantar por el rey Guillermo II en el siglo XI, impresiona al entrar por la grandiosidad de los mosaicos del siglo XII y XIII bañados con más de 2 toneladas en oro puro y las imágenes religiosas del Antiguo y Nuevo Testamento, entre las que llama la atención el impresionante Pantocrator en el ábside central y la Virgen con el Niño. En la Catedral de Monreale, aparte de los mosaicos también es muy significativo el claustro con cientos de columnas, los sepulcros de Guillermo I y Guillermo II que fueron los artífices de la construcción de tan magnífico monumento.

Toda ciudad tiene una fuente simbólica. Palermo cuenta con la de Fontana de Pretoria. Es la plaza más conocida e impresionante de la ciudad de Palermo y todos los turistas que llegan se concentran aquí en cuanto llegan para hacerse las primeras fotos. Fue encargada por el Gran Duque de Toscana en el siglo XVI a los escultores Francesco Camilliani y Michelangelo Naccherino como símbolo de su poderío para instalarla en su casa de Florencia, pero a su muerte se trasladó a Palermo. Su diseño es realmente llamativo con un gran cuerpo central, numerosas estatuas desnudas y 4 escalinatas. Toda hecha está fabricada en mármol y en sus 3 niveles resaltan las esculturas mitológicas como monstruos, sirenas, tritones…

También es conocido como Palacio Real. Fue la residencia habitual de los reyes de Sicilia desde el siglo IX. En su interior se encuentra la famosa Capilla Palatina, loa apartamentos y las salas Sala dei Venti y Sala de Rogelio II decoradas con mosaicos. Para poder visitar hace falta subir a la parte alta de la ciudad. Es otra de las joyas de la arquitectura árabe-normanda-bizantina declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2015.

Rogelio II de Sicilia fue el encargado de dirigir la construcción de la Capilla Palatina, dedicada a San Pedro en el año 1132. En tan solo 10 años consiguió finalizarla, aunque para los acabados decorativos se tardó alrededor de tres décadas más. Su decoración bizantina destaca sobre todo por los mosaicos con teselas y arcos de color oro que forman imágenes religiosas de la Biblia, y por los exquisitos artesonados del techo. La capilla fue declarada como uno de los nueve bienes inmuebles declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2015.

El Teatro Massimo tiene una relevancia internacional excepcional por tratarse de uno de los teatros líricos más grandes de Europa. Se puede disfrutar de la mejor ópera del mundo desde sus más de 3000 butacas. Aunque esta obra es de finales del siglo XIX, mantiene un diseño propio de la época griega con 8 columnas corintias en su fachada principal que hacen que la entrada al Teatro se convierta en un fotograma de película. Tanto es así que alguna de las escenas de “El Padrino III” fue rodada en la escalinata.